¡Evita el efecto rebote!

¡Bienvenidos de nuevo al blog de Derbós! ¿Cómo estáis viviendo el principio del verano? ¡Esperamos que fenomenal!

En el post de hoy venimos a hablaros de un tema muy frecuente en todas aquellas personas que llevan cuidando su alimentación durante mucho tiempo y ahora tienen la tentación de dejar a un lado este proceso tan importante para mantener el equilibrio: el llamado ‘efecto rebote’ del que seguro que has oído hablar.

¿Qué es exactamente el efecto rebote?

El “efecto rebote” es aquel que suele producirse tras realizar un régimen consumiendo pocas calorías y comiendo bastante menos de lo habitual, y por el que, al volver a la vida normal, se ganan más kilos. Es decir, entramos en una rueda sin fin en la que todo el sacrificio que hemos realizado nos da buenos resultados al principio, pero luego resulta que ganamos más peso.

¿Por qué ocurre esto? Durante muchos años se ha pensado que era debido a que una vez abandonamos la dieta, descuidamos nuestra alimentación. Así, durante el verano, nos permitimos un montón de caprichos y de comidas extras como premio al esfuerzo realizado el resto del año.

Otra razón por la que ocurre el efecto rebote es que nos alejamos de nuestras rutinas habituales durante las vacaciones, dejamos de lado el ejercicio regular y nos entregamos a la pereza y la inactividad. Vale, está claro que no vamos a estar siempre haciendo sacrificios, pero sí que es importante mantener una buena alimentación, aunque éste permita que no te prives por completo, como si que has hecho durante la dieta. 

En estos momentos en los que estás en tu peso ideal, tienes que comer lo justo para mantener el peso, y no estar siempre comiendo menos. 

Consecuencias del efecto rebote

Las consecuencias del efecto rebote no se limitan solo al aumento de peso, aunque este es, sin duda, el más evidente. 

Además de ver cómo la báscula sube más de lo que te gustaría, el efecto rebote puede tener impactos negativos en la salud en general. Cuando nos entregamos a la tentación de los excesos alimenticios, podemos desequilibrar nuestros niveles de azúcar en sangre, colesterol y triglicéridos, y esto puede aumentar el riesgo de problemas cardiovasculares a largo plazo.

Pero eso no es todo. El efecto rebote también puede afectar a tu estado de ánimo. Después de días de comilonas y poca actividad física, es normal que te sientas más cansado, sin energía y hasta deprimido.

Consejos para evitarlo

Entonces, ¿cómo podemos evitar el temido efecto rebote? ¡Te damos algunos consejos prácticos que te pueden ayudar!

  • Encuentra un equilibrio: Disfruta de tus comidas favoritas de vez en cuando, pero sin excesos. 
  • Mantén una rutina de ejercicio: Aunque estés de vacaciones, trata de incluir actividad física en tu rutina. Puedes salir a caminar, nadar, practicar deportes de playa o incluso hacer ejercicio en tu habitación de hotel si haces alguna escapada. ¡La clave está en mantenerte activo!
  • Controla las porciones: Si vas a disfrutar de una comida abundante, intenta controlar las porciones. No es necesario que te llenes hasta reventar. Come lentamente y escucha a tu cuerpo, así podrás disfrutar de los sabores sin pasarte de la raya. 
  • Prioriza alimentos saludables: Durante las vacaciones, es fácil caer en la trampa de la comida rápida y los snacks poco saludables, pero intenta priorizar alimentos frescos y nutritivos. Come frutas, verduras, proteínas magras y alimentos ricos en fibra para mantener tu cuerpo en equilibrio. 
  • Bebe suficiente agua: A veces, cuando tenemos sed, confundimos la señal con el hambre y acabamos comiendo de más. Mantén tu cuerpo hidratado bebiendo suficiente agua durante todo el día. 
  • Cuida tus emociones: En ocasiones, comemos en exceso por aburrimiento, estrés o ansiedad. Intenta encontrar otras formas de manejar tus emociones, como practicar meditación, leer un libro o dar un paseo por la playa. 

Recuerda, el objetivo no es privarte de disfrutar de tus vacaciones, sino encontrar un equilibrio entre el disfrute y el cuidado de tu salud. 

Hasta aquí ya lo sabías todo (o casi todo), pero también venimos a contarte LA GRAN NOVEDAD

Varios estudios científicos recientes, han demostrado que la composición de nuestra flora, y según el balance que exista entre una serie de géneros de bacterias y otros, en concreto los llamados Firmicutes y Bacteroidetes, son los que ocasionan el “efecto rebote”

Dicho en otras palabras: según tu composición de la flora intestinal sufrirás en mayor medida dicho efecto, por lo que para evitar que esto suceda, aparte de no excederte con la comida, debes modificar tu flora intestinal. 

En concreto, varios estudios clínicos realizados en universidades italianas han demostrado, que una bacteria, la llamada Lactiplantibacillus plantarum IMC 510, es una bacteria capaz de restablecer un correcto equilibrio del balance de bacterias, evitando de este modo el efecto rebote. Por tanto, no debemos sentirnos culpables de si tras una dura y exigente dieta de varios meses, al cabo de un tiempo recuperamos no solo el peso perdido, sino también un poco más, pues el factor de nuestra flora intestinal no lo hemos tenido en cuenta.

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¡Corre a por él y disfruta de las vacaciones!