Volvemos una semana más a hablar de salud y bienestar! La vitamina D, conocida como la “vitamina del sol”, es un nutriente crucial para la salud y el bienestar general. A menudo se le llama así porque una de las principales fuentes de esta vitamina es la exposición a la luz solar. Sin embargo, también se puede obtener a través de ciertos alimentos y complementos.
Tabla de contenidos
¿Qué es la vitamina D?
La vitamina D es una vitamina liposoluble, es decir, se disuelve en grasas y se almacena en el tejido adiposo del cuerpo. Existen dos formas principales de vitamina D: la vitamina D2 (ergocalciferol) y la vitamina D3 (colecalciferol). La vitamina D2 se encuentra en algunos alimentos de origen vegetal, mientras que la vitamina D3 se sintetiza en la piel en respuesta a la exposición a la luz solar UVB.
¿Cuáles son sus funciones en el organismo?
Una de las más conocidas es la que ejerce en la salud ósea, debido a su papel en la absorción de calcio y fósforo en el intestino. Siendo esto esencial para mantener huesos fuertes y sanos, previniendo enfermedades como la osteoporosis.
La función inmunológica, también es importante, ya que se ha demostrado que la vitamina D juega un papel crucial en el sistema inmunológico, ayudando a regular la respuesta inmune y reduciendo el riesgo de infecciones y enfermedades autoinmunes.
Respecto a la salud cardiovascular, investigaciones recientes sugieren que niveles adecuados de vitamina D podrían estar asociados con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares al ayudar a regular la presión arterial y reducir la inflamación.
Y por último la salud mental, ya que diversos estudios han relacionado niveles bajos de vitamina D con un mayor riesgo de depresión y otros trastornos del estado de ánimo, aunque se necesitan más investigaciones, como viene siendo habitual, para comprender completamente esta conexión.
¿Cuáles son sus beneficios para nosotros?
Si mantenemos niveles óptimos de vitamina D en el cuerpo, esto nos reportará numerosos beneficios para la salud, que van más allá del tema óseo.
Salud ósea: ya que ayuda a prevenir enfermedades como la osteoporosis y mejora la densidad mineral ósea.
Salud muscular: porque contribuye a la función muscular adecuada, reduciendo el riesgo de caídas y fracturas.
Salud inmunológica: ayudando a fortalecer el sistema inmunológico, reduciendo el riesgo de infecciones.
Salud cardiovascular: qué podría estar asociada con un menor riesgo de enfermedades cardíacas.
Y la salud mental, al estar relacionado con un mejor estado de ánimo y una menor incidencia de trastornos del estado de ánimo.
¿De dónde podemos obtener la Vitamina D?
Aunque la exposición al sol es la principal fuente de vitamina D, hay otras formas de obtener esta vitamina:
Mediante el consumo de alimentos ricos en vitamina D, como el salmón, el atún, la caballa, los huevos, los hongos y los productos lácteos fortificados.
Complementos alimenticios, en algunos casos en los que la exposición al sol es limitada o la ingesta de alimentos ricos en vitamina D es insuficiente, los complementos pueden ser una gran opción. Es importante consultar a un profesional de la salud para determinar la dosis y temporalidad adecuada.
Recordad exponeros al sol de forma segura, pasando tiempo al aire libre y siempre en horas de baja intensidad, sí o sí con protección solar.
La falta de Vitamina D, puede provocar perdida de densidad ósea, fatiga, debilidad o dolor muscular, dolor en las articulaciones, depresión… ¡tengámoslo en cuenta!
¡Hasta la próxima semana!