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Ya no queda nada para vivir el veranito. Sí, sí, porque el tiempo pasa volando y cuando menos te lo esperes vas a poder disfrutar de las interminables jornadas de playa, la ropita de verano que tanto nos gusta y que tantas ganas tenemos de ponernos ya, los helados en familia o con amigos, sus suaves atardeceres, y esos maravillosos paseos nocturnos a la luz de la luna.

Y es que, hay tantas cosas que se pueden hacer en verano y son tantas las que nos gusta hacer, que sin quererlo se nos dibuja una sonrisa en la cara con solo de pensarlo.

El verano es sinónimo de alegría, felicidad y diversión. ¡Llega la época de bikini y de bañador! Y es que nos imaginamos estar tumbados tranquilamente en la playa, tomando el sol y bañándonos sin preocupaciones… Y aunque faltan aún un par de meses, esta idílica imagen puede nublarse cuando nos viene a la mente la operación más temida del año. Sí, estamos hablando de la OPERACIÓN BIKINI. Porque si durante el año no nos hemos portado bien, nos toca ponernos las pilas para lucir tipo este verano, porque aún tenemos tiempo.

Año tras año, el verano ocasiona un cambio drástico para nuestro cuerpo. Se elevan las temperaturas, nos fatigamos más, tenemos menos ganas de movernos, más de divertirnos y solemos caer en la tentación de abusar de comidas, cenas, sobremesas y un largo etcétera.

Desde Derbós no queremos que te venza la tentación, por eso queremos recordarte la importancia de seguir, en tu día a día, una serie de hábitos que te van a ayudar a sentirte mejor por dentro y por fuera, y que la tan temida operación no sea todo un trauma.

  1. Mantén una alimentación sana y equilibrada. Un menú semanal rico en fruta y verdura, con todo tipo de alimentos que te aporten las vitaminas y minerales necesarios. La clave de un menú sano es el equilibrio de los alimentos del plato.
  2. Una muy buena hidratación. Mantenernos hidratados, con un buen consumo de agua diario es esencial. Estamos hablando de dos litros al día.
  3. Mantén una rutina activa. Ya no solo parándote a hacer ejercicio, si no optando siempre por la opción qué más te haga moverte. Un claro ejemplo es escoger las escaleras y no el ascensor. Parece una tontería, pero es de lo más eficaz para mantenernos en forma y fortalecer piernas y glúteos.
  4. Créate un objetivo, con diferentes metas a corto plazo. Verás tu evolución, eso siempre será un chute de energía que te va a motivar para alcanzar lo que te propongas.

Por último, si crees que en tu menú el equilibrio cojea por falta de alimentos que contengan determinadas vitaminas o minerales, no dudes en ayudar a mejorar tus carencias con complementos alimenticios que te hagan completar al 100% tu salud de forma natural.