“Siente el olor de los árboles alrededor, la brisa en el rostro y cómo tus pies se unen a la tierra”. Esa sensación es la que puedes disfrutar cada vez que estás en un bosque, en un parque o en una zona ajardinada, esa sensación que sientes cuando estás en contacto directo con la naturaleza. Y toda esa paz, sosiego y tranquilidad que el entorno natural te transmite, repercute muy positivamente no solo en tu cuerpo, sino también en tu mente.
Y no es que lo diga yo porque lo haya comprobado en mis propias carnes (la naturaleza, al igual que la música, amansa a las fieras), no. Lo dice un estudio reciente realizado por el Departamento de Paisaje y Salud Humana de la Universidad de Illinois (EEUU). Tras varios años de investigación, han llegado a la conclusión de que frecuentar zonas verdes, ya sean bosques, parques o jardines hace que la gente sea más feliz y que se encuentre más saludable.
En cambio, la gente que se mueve habitualmente en entornos donde el hormigón es el rey y las zonas verdes, la excepción, el índice de violencia y mal humor es mucho mayor. Y es que las personas que por circunstancias personales no conviven de una forma sana con la naturaleza , suelen sufrir déficit de atención, síntomas de hiperactividad, así como mayores tasas de trastornos de ansiedad y depresión.
Así que ya sabes, si te has levantado con el pie izquierdo y tienes la suerte de vivir en una zona cercana a un parque o un bosque, tómate un break y sumérgete en la naturaleza más salvaje. Tu salud física y mental te lo agradecerán, y tus compañeros de trabajo también.
Si por desgracia, trabajas en una cárcel de acero y hormigón, y el parque más cercano aún no lo han encontrado, te damos un práctico consejo que seguro te resultará muy útil:
Cierra los ojos, respira profundamente un par de veces e imagínate que estas en un lugar que te da tranquilidad, rodeado de árboles y agua. Intenta mantener este estado durante unos minutos y como por arte de magia los sonidos de la oficina se sustituirán por el canto de los pájaros y el rumor del agua. El estrés desaparecerá y te sentirás en paz contigo mismo, recargando las pilas para todo el día.