Hay muchas personas que cuando oyen hablar de practicar deporte, ya se cansan, y es que hacer ejercicio físico y mover el esqueleto no está al alcance de todos los mortales.
Hacer deporte requiere constancia y ganas, muchas ganas. No solo es ir un día al año al gimnasio, es más que eso. Es reestructurar tu timeline para hacerle un hueco a una actividad que no solo nos proporciona muchas satisfacciones físicas, sino también, mentales.
Son muchos los estudios que avalan la importancia de mantenerse activos haciendo deporte regularmente, para prevenir enfermedades y mantener una buena salud.
Si hacer deporte cuando eres joven es genial, porque disfrutas, socializas y te desestresas, a medida que van pasando los años, se debería convertir en una obligación. Y es que estudios señalan que existe mayores probabilidades de muerte en personas con un estilo de vida sedentario que en personas que llevan una vida más activa. Aunque existen otros factores de riesgo como la dotación genética, la edad, la situación nutricional, la higiene, el tabaco o el estrés, que son impredecibles.
Si aún estáis pensado en apuntaros al gym, a natación o salir a correr, os dejamos una interesante lista de ventajas, tanto físicas como psicológicas, que tiene el practicar deporte y estar activo para acabar de convenceros.
Beneficios físicos de mantenerse activo
– Mejora la forma y resistencia física.
– Regula la presión arterial.
– Incrementa o mantiene la densidad ósea, retrasando la aparición de osteoporosis en la mujer.
– Ayuda a mantener el peso corporal.
– Aumenta el tono y la fuerza muscular.
– Aumenta la elasticidad muscular y articular.
– Reduce la sensación de fatiga.
Beneficios psicológicos de mantenerse activo
Mejora la calidad del sueño.
– Aumenta la sensación de bienestar general y disminuye el estrés mental.
– Disminuye el grado de agresividad, ira, ansiedad, angustia y depresión.
– Nos proporciona más energía y capacidad de trabajo.
Así que ya sabes! Súmate a la vida activa y para empezar, nada mejor que un clásico de Alaska: “Muevo la pierna, muevo el pie, muevo la tibio y el peroné. Muevo la cabeza, muevo el esternón, muevo la cadera siempre que tengo ocasión…”
Porque no solo tu cuerpo te lo agradecerá, también tu mente porque te sentirás bien por dentro y por fuera. A qué esperas a ponerte las zapatillas?