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El sol y el calor parece que han llegado para quedarse. Y es que, con estas temperaturas nos ponemos a soñar con la playa, la montaña o esa terracita que nos encanta.

Todo eso está muy bien, pero nuestras ganas de disfrutar del sol, no debe perjudicar a nuestra piel. Por eso, no hay que olvidar que una exposición excesiva al sol y sin control puede crearnos lesiones graves.

Cuando comienza la primavera, y el tiempo lo permite, es cuando más actividades realizamos al aire libre. Debemos tener en cuenta que también es la época del año en la que los rayos de sol son más perjudiciales, sobretodo porque los efectos negativos que causa una exposición prolongada del sol son acumulativos.

Para evitar todos esos efectos dañinos que el sol puede producirnos, y no dejar de disfrutar de esta época del año que tanto nos gusta, tomad nota. No solo disfrutaréis de cada momento del día, sino que además, vuestra piel estará protegida del astro rey.

  1. No toméis el sol en horarios peligrosos. La exposición entre las 11h de la mañana y las 17h de la tarde es la más intensa. Tratad de evitarla o si no podéis, no se os ocurra tumbaros a asaros al sol sin protección o sombrilla.
  2. Mantener la piel hidratada durante todo el día. El agua es indispensable para tener tu piel más protegida. Así que ya sabéis, a beber agua se ha dicho.
  3. Cuidado con las sombras. Si son muy sutiles, dejan pasar la radiación UV como si no estuvieran. Aseguraos pues, de estar debajo una buena sombra para proteger vuestra piel.
  4. Nunca salgáis de casa sin un buen protector. Aplicároslo media hora antes de salir a pasear, a practicar deporte, a ir a la playa o tomar una caña en cualquier terraza sin sombra.
  5. Da igual si el cielo está nublado. Cuando llega el buen tiempo, las nubes dejan pasar los rayos del sol. Así que protégete la piel con un buen protector solar.

No queremos que le tengáis miedo al sol, al contrario, hay que disfrutar de él, pero siembre con cabeza. Se puede conseguir un moreno perfecto y natural manteniendo el sentido común y sin exponernos a exceso que después pueden pasarnos factura.