Qué listas son las teles y las revistas, que cuando cambiamos de temporada, además de los coleccionables, anuncian, a voz en grito, los famosos complementos alimenticios: que si jalea real, que si própolis, que si extractos de plantas aromáticas… Todo vale con tal de darnos la energía necesaria para sobrevivir al cambio de estación.
Pero, sabemos realmente qué son y para qué sirven los complementos alimenticios. En forma de vitaminas, minerales o proteínas, los suplementos nutricionales pueden definirse, según la legislación vigente, como una fuente concentrada de nutrientes(vitaminas y minerales) cuyo fin es complementar una dieta normal.
Aunque cada vez está más presente la necesidad de tener una alimentación sana y equilibrada para sentirse bien, nuestra forma de vivir ha evolucionado mucho en las últimas décadas y como consecuencia de ello nuestra alimentación también ha cambiado.
La forma y el tipo de trabajo cada vez más sedentario, las comidas rápidas, los horarios y el estrés pueden llegar a alterar nuestro equilibrio nutricional y hacer que comer de manera equilibrada llegue a ser un objetivo difícil de alcanzar en muchas ocasiones. De ahí la necesidad del uso de los complementos alimenticios para reforzar nuestro sistema inmunológico y aumentar nuestras defensas.
Siempre que echemos mano de este tipo de productos, debemos tener en cuenta que los suplementos nutricionales no sustituyen una dieta equilibra y sana, sino que, como su nombre indica son un complemento. Es importante también saber cuándo y cómo tomarlos. Nosotros te recomendamos que los utilices entre 2 y 3 veces al día, de forma repartida, para que el organismo los asimile mejor y hagan bien su función. De todas formas, cada tipo concreto de complemento tiene sus propias indicaciones que deberás leer antes de tomarlo.
Así que ya sabes, los complementos alimenticios son nuestros aliados en el camino para sentirnos mejor, pero son solo una parte de la solución para reforzar nuestro sistema inmunitario. Las otras, se basan en la tranquilidad, en seguir los horarios y en una alimentación adecuada que incluya fruta, verdura, cereales, etc., que nos aporten la cantidad adecuada de proteínas, vitaminas y grasas saludables para poder enfrentarnos al día a día con las pilas cargadas.